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  • Iván Delgado Sánchez

Black Panther: el representate de una nación



En el año en el que se estrena Vengadores: Infinity War, Black Panther ha conseguido hacerse notar gracias a ser la primera película (con permiso de Blade) en presentar un superhéroe negro y dar visibilidad a ese pueblo que tan difícilmente se encuentra representado en las superproducciones cinematográficas de hoy día.


Tras las polémicas y reivindicaciones vistas en los últimos años a causa de la poca representación negra en los premios Oscar, era de esperar que más pronto que tarde uno de los géneros más importantes en la actualidad intentase aportar su granito de arena para remediar esto. Como ya hizo el año pasado Wonder Woman para las mujeres, Black Panther sienta las bases para el que, esperemos, sea un futuro con héroes de cualquier raza y no solo se trate de hombres blancos.


Desde unos personajes muy bien construidos hasta una banda sonora para el recuerdo, la cinta ha destacado en todos sus ámbitos pero si hay algo realmente reseñable es la construcción y presentación de todo un país como es Wakanda, así como el mensaje claro y conciso que se desarrolla durante el film.


Black Panther junto a las Dora Milaje.


La mera presentación de una nación tecnológicamente avanzada como Wakanda, situada en África, ya es un hecho remarcable, mostrando el nivel de vida y desarrollo que podría haber alcanzado cualquier país africano de no ser por la explotación de los países de Occidente. Además, muestra de una forma increíblemente natural a mujeres en roles clave de la sociedad wakandiana: Shuri (Letitia Wright) como principal mente científica del país con sólo 16 años, o las Dora Milaje siendo la primera fuerza de defensa de la nación. Esto demuestra que Wakanda no está sólo más desarrollada tecnológicamente que los países occidentales, sino también como sociedad. Aunque todo esto no es mérito de la película sino más bien del material original creado por Stan Lee y Jack Kirby (quiénes si no).


Lo que sí es mérito de Ryan Coogler y el resto de personas que han hecho posible esta obra es su mensaje. Wakanda es una nación que decidió ocultar su adelanto tecnológico al resto del mundo para evitar sufrir la colonización y es con esta decisión con la que llegan los problemas.


Killmonger, el antagonista de la cinta, defiende que Wakanda ofrezca toda su tecnología al resto de personas negras que sufren aún las secuelas del colonialismo y la esclavitud. Si se ha convertido en uno de los mejores némesis del Universo Marvel no es únicamente por la gran actuación de Michael B. Jordan, sino también por la totalmente válida motivación de sus actos. Mientras T'Challa (Chadwick Boseman) sigue creyendo, como le enseñó su padre, que lo mejor para su país es mantenerse en las sombras y no compartir sus avances tecnológicos, Erik Killmonger está decidido a ayudar a aquellos que viven aún oprimidos por la raza blanca, aunque para lograrlo deba usar la fuerza.


Un combate increíble entre T'Challa y Killmonger.


El mensaje de la historia funciona mucho mejor si ves Wakanda como un símil de Occidente, quedándose con todo el desarrollo para sí en vez de compartirlo con el resto del mundo. Parece muy claro que lo correcto es que los wakandianos compartan este conocimiento con sus iguales de todo el planeta pero, ¿por qué no lo vemos tan lógico cuando somos nosotros los que debemos ayudar en el crecimiento de países que lo necesitan?


He leído comentarios de que la propia película villaniza la postura de Erik, pero esta está lejos de ser la intención de la cinta. El punto de vista de Nakia (Lupita Nyong'o), con el objetivo común a Killmonger de liberar al pueblo oprimido utilizando las herramientas wakandianas es el punto de vista que la película quiere plasmar como correcto (como se demuestra en su desenlace), pero en ningún momento trata de demonizar la visión del antagonista sino más bien sus métodos, ya que trata de combatir el imperialismo con sus mismas armas, respaldado por la violencia y la venganza.


T'Challa y su hermana Shuri con su clásico saludo.


Black Panther no es una película perfecta pero sí es una obra muy necesaria en la representación de las minorías, como ya lo fue Wonder Woman, aunque al contrario que esta, que se queda en la superficie, la cinta de Coogler consigue ir más allá en la representación del pueblo africano además de estar acompañado por una gran historia.


Esperemos que la gran recepción por parte de público y crítica, sumado a la impresionante recaudación en todo el mundo hagan que tanto Marvel como DC se animen a seguir produciendo películas para que todos, niños y adultos, puedan tener a un héroe o heroína en los que verse reflejados y que, de una vez, la comunidad LGTB+ pueda verse también representada en el cine de superhéroes.

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