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  • Iván Delgado Sánchez

Review temporada 4 de Black Mirror (capítulo a capítulo)



Aunque en primera instancia Black Mirror podría parecer una serie neoludista, crítica con la tecnología y en contra del progreso esto está muy lejos de la realidad. La serie se apoya en los avances tecnológicos que pueden (o no) llegar algún día a nuestra sociedad para mostrar la cara más oscura del ser humano, visibilizando las atrocidades que podemos cometer cuando tenemos al alcance herramientas de este calibre.


Con la compra por parte de Netflix de la marca creada por Charlie Brooker, las temporadas tres y cuatro vieron la luz, esta vez doblando el número de capítulos de las primeras dos temporadas (pasaron a ser 6 en vez de 3), pero manteniendo un alto nivel e incluso en algunos casos, superándolo.


Uno de los grandes aciertos de esta aclamada serie es su formato de capítulos autoconclusivos, de entre 40 y 60 minutos de media, que permiten 'disfrutar' de estas historias distópicas en pequeñas dosis aún más efectivas que si de una serie regular se tratase. Por ello, voy a reseñar individualmente cada episodio de su última temporada.


1. USS Callister

¿Hasta qué punto una simulación virtual tiene consciencia? ¿Es moral su mera existencia? Estas son algunas de las preguntas que nos plantea este capítulo, aunque toque estos temas de manera muy superficial. Esta entrega nos sitúa en un escenario en el que la realidad virtual (cuyo boom estamos viviendo actualmente) ha llegado a nuevos límites, con un realismo de niveles insospechados.


Tras ser denigrado en el trabajo, Robert (Jesse Plemons) utiliza esta tecnología para desahogarse. En un claro homenaje a Star Trek, el protagonista digitaliza, utilizando su ADN, a aquellos que odia para así someterlos dentro de la simulación, donde él es prácticamente un dios.


El capítulo intenta hacer una crítica al abuso de poder que lleva a cabo el protagonista pero al no ahondar en si las digitalizaciones de sus víctimas pueden o no considerarse algo más allá de datos, es más difícil ver a Robert como el villano que plantea la trama. Si se hubiese profundizado en una de estas dos ideas, el potencial crítico de este episodio habría sido mucho mayor.


Otro punto interesante habría sido el tratarlo desde el punto de vista gamer. Lo que nos dan los videojuegos es básicamente lo que nos plantea la tecnología de este capítulo, especialmente en juegos en los que tenemos la posibilidad de crear avatares personalizados.


A pesar de todo, el capítulo está muy bien llevado y es fácil empatizar con las simulaciones gracias a un gran reparto formado por Cristin Milioti (Cómo conocí a vuestra madre) y Jimmi Simpson (Westworld), entre otros. Para mí, una historia algo desaprovechada pero aun así de lo mejor de la temporada. 7/10.



2. Arcángel

Implantar un chip que te permita ver todo lo que hace tu hija, además de poder saber dónde está en todo momento, ¿qué puede salir mal? Obviamente todo.


Este capítulo, a pesar de tratar una historia interesante, no consigue sorprender demasiado. La trama es bastante predecible y no se toca ningún tema más allá de que los padres no deben ser tan controladores. Aun así consigue entretener. 6/10.



3. Cocodrilo

El capítulo menos Black Mirror de la temporada y probablemente de la serie por su casi nula crítica social y relación con la tecnología.


Mia (Andrea Riseborough) y Rob (Andrew Gower) intentan encubrir un crimen durante años pero una serie de casualidades cruzará a Mia con una agente de seguros, Shaiza (Kiran Sonia Sawar), quien usa un dispositivo para ver los recuerdos de sus clientes y así confirmar y evaluar los accidentes ocurridos.


Por ley, tanto testigos como aquellos que han sufrido el accidente están obligados a someterse a este dispositivo si es necesario. Sin olvidar que los servicios policiales también poseen esta tecnología. De nuevo, se sacrificaría libertad en pos de la seguridad, algo que ha sido ampliamente debatido tras el caso 'Wikileaks', en el que se reveló que el gobierno estadounidense vigilaba a los ciudadanos y obtenía mucha información personal a través de perfiles en Facebook.


Más allá de plantear este debate, el episodio podría pasar por un capítulo de una serie policiaca cualquiera, pero aun así consiguió mantener mi interés durante los 60 minutos que dura. Además, el giro final me ganó completamente, así como las grandes actuaciones de las dos protagonistas. Olvidando un poco que forma parte de Black Mirror, 7'25/10.



4. Cuelguen al DJ

Bebiendo del fenómeno que fue San Junípero en la anterior temporada, Cuelguen al DJ nos trae una bonita historia de amor en un mundo donde las relaciones se rigen por una aplicación. Esta aplicación promete encontrar a tu pareja ideal, pero antes debes atravesar un tortuoso camino durante el cual se te asignan diferentes parejas durante tiempos específicos para evaluar tus gustos y preferencias.


Para un romántico como yo, esta idea puede ser un auténtico infierno: saltar de relación en relación, pudiendo encontrarte con cualquier tipo de persona solo para que la aplicación analice tu reacción. Encontrar el amor en alguien que sabes que tendrás que abandonar tarde o temprano, como si de un amor de verano se tratase solo que esta vez tu siguiente pareja puede ser alguien que odies.


Nuestros protagonistas, interpretados por Georgina Campbell y Joe Cole (Peaky Blinders), deciden luchar contra el sistema para estar juntos. Una historia algo típica pero que funciona muy bien en este contexto, dándole con su final una vuelta de tuerca más. 8/10.



5. Cabeza de metal

Situación postapocalíptica. Un grupo de 3 personas intenta entrar en un almacén de alta seguridad para llevarse algo de vital importancia para Jack, conocido de los protagonistas que se está muriendo. Allí son descubiertos por los perros robóticos que vigilaban el almacén y no quieren supervivientes.


El episodio no es más que la huida de Bella (Maxine Peake) tratando de despistar a estos insaciables depredadores. Una premisa que peca de pobre y que únicamente es salvada por la gran interpretación de la actriz, aunque el final y la elección de haber sido rodado en blanco y negro ayuden.


Lo que podría haber sido una gran antítesis entre los sentimientos humanos y la frialdad de las máquinas es desaprovechado con esta persecución que no logra ni siquiera ser agobiante. 5/10.



6. Museo negro

Con un claro símil a los propios consumidores de esta serie, Nish (Letitia Wright) se adentra en el Museo Negro, donde Rolo Haynes (Douglas Hodge) le contará diferentes historias sobre los artefactos que hay allí expuestos.


Si bien los temas tratados en estos relatos ya han sido vistos en otros capítulos (como pueden ser Blanca Navidad u Oso Blanco), la crudeza con la que son narrados nos remiten a las primeras temporadas de la serie, cuando tras ver cada episodio no podías hacer otra cosa que observar la pantalla en negro del televisor, reflexionando sobre lo que acababas de ver.


Las tres historias, aunque presenten diferentes tecnologías, tienen un denominador común que acaba uniéndolas en un potente final. Aunque lleno de referencias a episodios anteriores, no es el fanservice lo que hace de él un gran capítulo. 8'5/10.



Esta temporada nos ha dado grandes episodios aunque se puede ver una clara falta de originalidad en las historias que Charlie Brooker nos presenta, ya que los mejores capítulos de esta cuarta entrega son refritos de temas ya tratados en esta serie. Además, la falta de crítica social, de la que ya hubo atisbos en la temporada anterior, es mucho más palpable en los nuevos capítulos. Por ello creo que nos encontramos ante la temporada más floja de Black Mirror.

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